Adán Chávez La Rebelión Necesaria

Sentir Bolivariano del Profesor Adán Chávez: “La Rebelión Necesaria”

La Rebelión Necesaria

I

Iniciamos en este mes de julio, en tiempos que nos convocan a seguir reafirmando nuestros valores Patrios, y a recordar que la lucha por el sueño bolivariano de la integración y la independencia, está más vigente que nunca; un nuevo seriado, en el que abordaremos los acontecimientos que, como parte de nuestra historia contemporánea, tuvieron lugar durante el período comprendido entre el 4 de febrero de 1992 y el 11 de abril de 2002; abordaje a partir del cual continuar reconstruyendo el proceso de consolidación de lo que, sin duda alguna, es una de las principales fortalezas de la Revolución Bolivariana: la unión cívico-militar.

Ello, por supuesto, a partir del análisis previo que hemos venido realizando sobre su génesis, lo cual nos sitúa en los últimos meses de 1991, caracterizados por una profusa actividad del MBR-200, bajo el liderazgo del Comandante Hugo Chávez, en materia de captación de oficiales, contacto permanente con organizaciones de la izquierda y, por parte del “ala civil” del Movimiento, la realización de trabajo político-cultural en comunidades, universidades y otras instancias donde hacían vida lideresas y líderes que tenían arraigo popular y no militaban en los partidos políticos tradicionales; así como en la continuidad de las reuniones de debate y planificación estratégica del Proyecto Nacional “Simón Bolívar”, en las que se dieron los toques finales al documento denominado “Gobierno de Salvación Nacional: Líneas Generales para su Construcción”; que puede decirse, era una síntesis del Árbol de las 3 Raíces.

II

En ese momento estábamos ya, como lo expresara el propio Chávez, en un “punto de inflexión histórico”, en el que las condiciones objetivas y subjetivas habían madurado lo suficiente para llevar a cabo la insurrección cívico-militar que permitiría impulsar las grandes transformaciones que requería el país.

En diciembre de 1991, nuestro Comandante Eterno nos decía: “no se puede esperar demasiado; o es ahora o pasarán otros cien años para que se pueda organizar un movimiento parecido y se presenten condiciones similares”.

De ello, debatimos bastante Hugo y yo en Barinas, aprovechando que él pudo estar con la familia para el fin de año. Ambos estuvimos de acuerdo en que el desarrollo de los mismos acontecimientos que tenían lugar entonces, nos permitiría decidir el momento propicio para la acción; y en que, en todo caso, la insurrección no debía tener lugar más allá del primer semestre de 1992.

Así, el 03 de enero de ese año nos despedimos con un gran abrazo, lleno de esperanzas, compromisos y, al mismo tiempo, de grandes incertidumbres. El quedó en avisarme, empleando las claves establecidas, la fecha que se decidiera para actuar; lo cual finalmente no ocurrió, debido a que las circunstancias precipitaron la acción militar de aquel 4 de febrero.

III

El país no podía seguir en tal estado de deterioro moral, económico y social; las cosas tenían que cambiar. En las líneas generales del Proyecto Nacional “Simón Bolívar” habían sido definidos un conjunto de objetivos que estaban relacionados directamente con las consideradas necesidades elementales del ser humano, tanto en lo individual como en lo colectivo; y que trascendían el ámbito material, considerando aspectos de orden espiritual, político y cultural.

En lo social, nuestro proyecto enarboló desde un primer momento la bandera bolivariana de la suprema felicidad, contemplando, entre otros objetivos, lo relativo a la armonización del medio ambiente para la vida y el trabajo, la justa distribución del ingreso, la masificación deportiva, el establecimiento de medios de recreación, y la garantía de la aplicación adecuada y oportuna de la justicia; mientras que como parte de los objetivos culturales se incorporaron aspectos relacionados con el rescate de la identidad nacional, la educación y la instrucción, y la generación de oportunidades para la creatividad y la invención artística y científica.

Asimismo, y como parte de los propósitos políticos definidos por el Movimiento Bolivariano, se resaltan elementos como la defensa de la soberanía e independencia nacional, y los esfuerzos por realizar para que nuestro país desempeñara un rol más activo en el escenario internacional, con énfasis en Nuestra América Latinocaribeña; así como la participación del Pueblo en la toma de decisiones, la ampliación de las libertades políticas y el impulso de una auténtica democracia.

Por otro lado, y para dar inicio a la revolución, una vez triunfara la rebelión cívico-militar, se habían redactado un conjunto de decretos de aplicación inmediata, entre los cuales se contemplaba la designación de un Consejo General Nacional, integrado por civiles y militares, que tendría entre sus funciones poner en marcha un programa de gobierno de emergencia, convocar elecciones para una Asamblea Constituyente, que desde el comienzo fue idea fundamental de nuestro proyecto bolivariano; y echar las bases para un proceso de profunda transformación nacional, tanto en el orden jurídico-político, como en lo económico-social.

Bajo estos preceptos, prácticamente a contracorriente de las tesis neoliberales que imperaban en el mundo, sobre todo por la caída de la Unión Soviética; el MBR-200 decidió, por la coyuntura del momento, desatar la acción insurgente la madrugada del 4 de febrero de 1992.

 

Adán Chávez / Váyanse al Carajo, / Yanquis de Mierda!

Sentir Bolivariano

Adán Chávez Frías

@adancoromoto

 

¡Váyanse al Carajo, Yanquis de Mierda!

I

Hacemos un alto, por ahora, en las reflexiones que hemos venido realizando en artículos anteriores acerca de nuestra primera vida junto al Comandante Chávez, dada la necesidad de referirnos a la nueva arremetida del gobierno supremacista de Donald Trump contra el Pueblo de Venezuela y sus instituciones; una acción que se inscribe en los permanentes esfuerzos que realiza el decadente imperio norteamericano por tratar de dar al traste con el proyecto de amplias transformaciones que las venezolanas y los venezolanos hemos venido desarrollando desde el año 1999, cuando el líder histórico de la Revolución Bolivariana asumió por vez primera la Presidencia de la República.

Frente a esta prolongada y brutal arremetida, antes como ahora, el Gobierno y el Pueblo Bolivariano han mantenido una firme posición de defensa de la soberanía e independencia nacional, el bien más preciado que hemos reconquistado después de 200 años, como lo expresara el Comandante Chávez en el Plan de la Patria; una posición que ha sido consecuente, además, cuando la estabilidad de otros países hermanos de Nuestra América Latinocaribeña, ha sido amenazada por quien insiste en vernos como su patio trasero.

II

Recordemos como el líder histórico de la Revolución Bolivariana anunció el 11 de septiembre del año 2008, en un acto de presentación y apoyo a las candidatas y los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) a la Gobernación y Alcaldías del estado Carabobo; que el Gobierno Bolivariano otorgaba un plazo de 72 horas al entonces embajador gringo en Venezuela, Patrick Duddy, para que abandonara nuestro país; ordenando, al mismo tiempo, el regreso inmediato a la Patria del compañero Bernardo Álvarez, quien se desempeñaba como Embajador ante Washington.

El Comandante Chávez adoptaba esta medida en solidaridad con el hermano Pueblo boliviano y el compañero Presidente Evo Morales, cuyo gobierno mantenía una dura disputa diplomática con el de Estados Unidos, por su intromisión en los asuntos internos de ese país, como suele ocurrir, en apoyo a los sectores de derecha arrodillados a los designios imperiales. Tanto La Paz como Washington habían expulsado a sus respectivos representantes diplomáticos.

Así, durante la intervención a la que acabamos de hacer mención, nuestro Comandante Eterno expresó: “Váyanse al carajo yanquis de mierda, que aquí hay un Pueblo digno…aquí estamos los hijos de Bolívar, los hijos de Guaicaipuro, los hijos de Tupac Amarú, y estamos resueltos a ser libres…Si viniera algún país, si viniera alguna agresión contra Venezuela, pues no habrá petróleo para el Pueblo ni para el gobierno de los Estados Unidos, nosotros, yanquis de mierda, sépanlo, estamos resueltos a ser libres, pase lo que pase y cuéstenos lo que nos cueste…”. Sin duda, un mandato del Comandante Chávez que sigue totalmente vigente.

III

Y es que el Comandante Chávez fue un vehemente defensor de la dignidad nacional y latinocaribeña, amenazada permanentemente por el enemigo histórico de nuestros Pueblos; aún en tiempos en los que la humanidad entera libra una batalla sin precedentes en los últimos años, en los que seguimos siendo objeto de la saña yanqui, caracterizada en este momento por la profundización de la guerra económica y las amenazas de invasión militar contra el país, y por la pretensión de aplicarle la “fórmula Noriega” al Presidente Maduro y otros dirigentes de la Revolución Bolivariana.

Ahora bien, es cierto que después del golpe de Estado del año 2002, contra el Gobierno Bolivariano dirigido por el Comandante-Presidente Hugo Chávez, la inmensa mayoría de las venezolanas y los venezolanos -fundamentalmente la clase trabajadora, las campesinas y los campesinos de la Patria-, fortaleció sus convicciones revolucionarias, defendiendo frente a cada arremetida del peligroso vecino del norte, el proyecto de transformaciones profundas propuesto por el líder histórico de la Revolución Bolivariana; hoy bajo la conducción del compañero Presidente Nicolás Maduro.

Por supuesto, ello no significa que se resolvieron los problemas propios de la lucha de clases presentes en la sociedad; y que el camino de allí en adelante haya sido llano y sin tropiezos. Sabemos que no ha sido así, y que nuestro Pueblo, con un alto grado de organización y consciencia, ha venido enfrentando diversos obstáculos, entre los cuales están las situaciones generadas en el país después del resultado de las elecciones parlamentarias de diciembre de 2015.

De allí que, ante un previsible escenario de continuidad de la agresión gringa, y a pesar de lo mucho que hemos avanzado hasta ahora; necesario es seguir fortaleciendo nuestra consciencia del deber social, a objeto de que no tengan cabida alguna las deserciones, las divisiones y los antivalores con los que las fuerzas contrarevolucionarias pretenden debilitar a ese Pueblo organizado y consciente; que seamos capaces de derrotar definitivamente el egoísmo, el individualismo y el reformismo; y de blindarnos frente a la brutal campaña antibolivariana desatada por las grandes corporaciones mediáticas mundiales.

Toca, además, fortalecer el rol del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y del Gran Polo Patriótico; y, de manera particular, de las y los dirigentes de la revolución, en la orientación y la formación debida del heroico y patriota Pueblo venezolano. El papel de la vanguardia revolucionaria, que orienta, dirige y aprende en la práctica conjunta; es clave.

En definitiva, resulta necesario aprovechar la coyuntura que estamos viviendo, ante la feroz arremetida del imperio, para continuar consolidando nuestro movimiento cívico-militar, cada vez más enraizado en el ideario bolivariano y chavista. Es el momento de actualizar permanentemente nuestro plan estratégico para cambiar la sociedad heredada, en lo teórico y en el programa de acción socialista; para que hierva con más fuerza la sangre rebelde en nuestras venas y consciencias. Apliquemos, con todo lo que signifique, las tres “R” al cuadrado que nos legó el Comandante Chávez; en cuya defensa de su legado siempre Venceremos.

 

Maduro Personalidad Internacional 2019

Me uno a Al Mayadeen de Líbano, Iroel Sánchez de Cuba, y a todos las repercusiones muy positivas en el mundo, a su elección del presidente Nicolás Maduro como personalidad internacional del año.


En 2019, tanto en el oeste capitalista, como en Canadá, como en América Latina / Caribe, la presión para abstenerse de criticar a Israel por temor a ser etiquetado como “antisemita” ha sido más viscosa que nunca.  Sin embargo, resistiendo todas las presiones oportunistas para abandonar Palestina, Maduro y la Revolución Bolivariana se mantuvieron firmes en apoyo de Palestina y contra el régimen asesino del apartheid israelí.

A lo largo de 2019, el presidente Maduro ha liderado con éxito la resistencia histórica del heroico pueblo bolivariano contra una de las guerras personales / políticas / económicas / paramilitares / mediáticas más viscosas de la historia reciente, dirigida por las fuerzas combinadas de los EE. UU., El Cartel de Lima  y gran parte de Europa.


No solo esto, sino que en el transcurso de esta resistencia, Venezuela ha logrado muchos objetivos sociales, como el 26 de diciembre cuando el milagro de entregar al pueblo vivienda número 3 millones, uno de los objetivos de Hugo Chávez.

Esta lucha épica también es conocida y admirada en el Medio Oriente, una de las razones para la decisión de Al Mayadeen.

Chávez y su eterno llamado a la unidad del pueblo ADAN CHÁVEZ

Chávez y su eterno llamado a la unidad del Pueblo

Por Adán Chávez

Una de las líneas temáticas más elaboradas en el discurso de la oposición antidemocrática venezolana, es la recurrente afirmación de que la Revolución Bolivariana y el Comandante Chávez, específicamente, dividieron al país entre “pobres y ricos”, lo fracturaron en dos polos y estimularon el odio entre venezolanas y venezolanos. Es así como, según esta tesis que encontramos casi a diario en los medios de comunicación y redes sociales (instrumentos masivos al servicio de los centros de poder del mundo capitalista), esa fragmentación social, es “la peor herencia del chavismo”.

Es, a todas luces, una de las mentiras más repetidas por los enemigos de la Patria, y que escuchamos o leemos continuamente en términos de una añoranza por “aquellos tiempos en que éramos felices y no había diferencias entre nosotros”, por sólo mencionar una de las tantas formas utilizadas para sus trampas ideológicas. Más allá de ser una simple muestra de la falsa moral de la burguesía, se trata de todo un montaje propagandístico muy bien estudiado, focalizado principalmente hacia la clase trabajadora y sobre todo a las capas medias de la población.

Lo primero que debemos subrayar es que, en el año 1999, cuando el Comandante Chávez inicia el proceso de grandes transformaciones en el marco de la liberación nacional, las desigualdades sociales eran abismales, consecuencia de una distribución arbitraria de la renta petrolera, que enriquecía a unos pocos (la burguesía) e iba empobreciendo al resto de la población. Cuando se inició la Revolución Bolivariana, la pobreza extrema era de 10,8% y la general de 29%. Hoy día, pese a la guerra económica inducida y a todas las dificultades creadas por el imperio norteamericano, la extrema se ubica en 4,3% y la general en 17%. Pero el aparato ideológico del capitalismo se encargó siempre de crear un falso mundo de bienestar, en el que la felicidad está asociada al ascenso de “estatus social”, con una supuesta “igualdad de oportunidades” para quienes sueñan con progresar exitosamente en tal escalamiento, sin importarles a quienes arrollan en el camino.

Al capitalismo no le interesa, por lo tanto, que se indague sobre las causas que originan las brechas sociales, justificándolas con su fraudulento juicio: “es pobre quien así lo decide”, y enarbolando la libre competencia como su mayor contribución al progreso. De forma tal que, bajo esa premisa de “supervivencia del más apto”, ha promovido el individualismo, el egoísmo, el racismo y demás formas de discriminación en las sociedades bajo su dominio.

Fue el líder histórico de la Revolución Bolivariana quien, justamente, puso al descubierto la esencia de aquellas democracias al servicio de las transnacionales. Chávez volteó la tortilla y redistribuyó la renta del petróleo, dando prioridad a los programas sociales, a satisfacer las necesidades de las y los que históricamente fueron invisibilizados, y al mismo tiempo, desenmascaró las causas objetivas de la pobreza, lo cual enfureció a la oligarquía apátrida, que durante largos años de hegemonía las había mantenido camufladas bajo la farsa de un país feliz de telenovelas y concursos de belleza. Y fue entonces esa oligarquía la que pretendió inocular el odio entre venezolanas y venezolanos, más allá de la simple división entre chavistas y opositores, que fue una división lógica en una Nación en la que la inmensa mayoría del Pueblo despertó y asumió un proyecto, el proyecto bolivariano de la independencia y la soberanía, a despecho de quienes asumieron la continuidad de las viejas políticas puntofijistas.

La burguesía estimuló una confrontación de carácter étnico, cultural y social, que llegó a niveles críticos con la imposición de la violencia como vía para liquidar la revolución y sus conquistas. Basta recordar el terror desatado en las guarimbas (verdadero testimonio de odio y fragmentación), financiadas y espoleadas por las y los pseudodirigentes de la oposición, en las que incluso quemaron gente viva por parecer chavista. Entonces, quienes estimulan el odio y la violencia?

Mientras la oligarquía promovía la confrontación, el Comandante Eterno llamó a la unidad de nuestro Pueblo, a la integración de Nuestra América. Y hoy, cuando las clases empresariales, las élites de la Iglesia Católica y las voceras y los voceros opositores incitan a enfrentar todo aquello que se asocie al chavismo, la Revolución Bolivariana ha mantenido su llamado al diálogo, a la solución pacífica de los problemas, a la paz y a la convivencia. Es una verdad inobjetable, que los eruditos al servicio del imperialismo no mencionan ni mencionarán.

No lo harán, porque la verdad no está de su lado. La verdad está de lado del Pueblo, que esperó siglos de sufrimiento para conquistar su soberanía y convertirse en forjador de su destino.

¡Unámonos y seremos invencibles!!

Artículo en Firmas Selectas Prensa Latina VENEZUELA FORO CARACAS

Siguiendo la solicitud de la redactora de Firmas Selectas – Prensa Latina, Anubis Galardy, reanudé la escritura de mi columna para esa agencia cubana de prensa (ver el artículo a continuación). La ausencia de mi columna no fue voluntaria, sino como resultado de una sobrecarga de trabajo y exigencias. Sin embargo, recuerdo cuando empecé a escribir para Firmas Selectas en enero de 2017. Comenzamos con una explosión, una serie de artículos polémicos como ¿El final de la ideología en Cuba? Es un gran honor volver a agregar mi firma a las de colegas tan notables como Frei Bretto, Nils Castro, Juan José Paz y Miño Cepeda, entre otros.
Este nuevo texto que acaba de publicarse en Firmas tuvo amplia repercusión en las redes sociales en Cuba y en otros lugares. Además, también se reprodujo en al menos 12 sitios web en América Latina, Canadá-EE. UU., Europa y Medio Oriente y, por tanto, en sus redes respectivas. Además, la versión en inglés, muy ligeramente adaptada para un público norteamericano, se publicó por primera vez en la importante revista de izquierda norteamericana CounterPunch, y ahora está apareciando también en varias otras en EEUU, Canada, América Latina y Europa.

• Del chavismo al epicentro de la izquierda antiimperialista.
Por Arnold August
¿Quién habría pensado, durante el intento de golpe de estado del 23 de enero último en Venezuela, y sus consecuencias inmediatas, que solo cinco meses después Caracas se convertiría en el epicentro de la izquierda latinoamericana? El XXV Encuentro del Foro de Sao Paulo está previsto del 25 al 28 de julio en la mismísima Caracas que algunos suponían en manos de los Estados Unidos y sus aliados. Aquel día la reacción de la derecha hemisférica internacional, desde el norte en Ottawa -pasando por Washington D.C. a Bogotá, a Lima en dirección al sur, a Santiago de Chile-, tenía las botellas de champán listas para descorcharlas.

Si bien la apropiación del petróleo fue y es obviamente el objetivo, la destrucción del chavismo -como un modo de extirpar un ejemplo e inspiración- fue y es una consideración clave. Pesaba mucho en la balanza cuando Estados Unidos y sus aliados lanzaron su atrevido plan de golpe de estado el 23 de enero. No consistió en la primera intervención directa de los Estados Unidos contra Venezuela, después de la emergencia de Chávez al poder; la anterior fue contra Chávez, con él en vida.

Sin embargo, se esperaba que esta última versión fuera un triunfo seguro para el imperialismo estadounidense. Todo estaba en su lugar, como catapultar a un nuevo líder “popular” de las “bases”, ¡y que resultara un diputado electo! Tal golpe de genio aparentemente estaba destinado a reemplazar a los abiertamente capitalistas Fedecámaras de 2002, que se parecían más a un rostro civil de la policía de Pinochet cuando se presentaron para la oportunidad fotográfica, en ese momento.

No, esta sería una nueva versión de un golpe de estado. Esta nueva cara del imperialismo tenía a su disposición una coalición de apoyo a su equipo de ensueño, formada por el Cartel de Lima. Su principal característica original era que no incluía al Trump universalmente detestado, reemplazado por su imagen política antitética de Canadá, Justin Trudeau, diseñado para brindar credibilidad a la Administración Trump.

El uso masivo de medios corporativos internacionales en una campaña de demonización sin precedentes contra un líder, en este caso Maduro, fue apoyado “en el terreno” por los soldados estadounidenses de las redes sociales distribuidas por todo el planeta. Frente a la resistencia bolivariana dejemos en claro los nervios de acero y la visión que exhibió Maduro durante las mordeduras del 23 de enero por parte de EE. UU.

Sus aliados en el hemisferio, y más allá de la vieja Europa, organizaron dos intentos de golpe más, y tres fallas en la red eléctrica en marzo; sucesivas sanciones económicas y diplomáticas, causa de 40 mil muertes en el período anterior al 23 de enero. Pese a las dificultades y la tensa situación, las propuestas abiertas a desertar, dirigidas a las fuerzas armadas cayeron en oídos sordos.

Por el contrario, la alianza cívico-militar no solo mantuvo su fuerza, sino que también desarrolló su conciencia político-ideológica y patriótica, y caló aún más en la población. Desde el 23 de enero hasta el presente, millones de chavistas muestran regularmente el apoyo a SU revolución, expresándose de una manera, aún más convincente que en las urnas electorales, que Maduro es el presidente legítimo.

En el curso de esta resistencia, la Revolución Bolivariana desarrolla aún más su política de combinar la lucha revolucionaria (no confiando en el imperialismo ni un tantito, ¡nada!, como indicó el Che), basada en sus principios, con la búsqueda simultánea en curso de una solución negociada, pacífica y política con la oposición. ¡Brillante ejemplo de diplomacia revolucionaria!

En este contexto y con Sao Paulo en mente, uno debe apreciar el trabajo de la Revolución Bolivariana, Maduro y su liderazgo completo (por ejemplo, Jorge Arreaza, bilingüe, como el ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores) están desarrollando activamente sus vínculos con las fuerzas antiimperialistas de izquierda, en el corazón del imperio. Por ejemplo, Maduro ha extendido personal y explícitamente su mano -en nombre de la Revolución Bolivariana- a las fuerzas de izquierda en Washington DC, que habían ocupado valientemente la embajada de Venezuela para protegerla contra las fuerzas pro-estadounidenses.

Para citar solo uno de los muchos ejemplos, las misiones diplomáticas venezolanas en Canadá no dudaron ni un momento en reconocer las declaraciones de enero-febrero de los sindicatos canadienses, en nombre de sus cinco millones de miembros, en apoyo al derecho de Venezuela a la autodeterminación, contra la política del gobierno canadiense de interferencia pro-Trump.

Este alcance es recíproco porque la izquierda en los países capitalistas como los EE. UU., Canadá y el Reino Unido están acudiendo, desde enero, cada vez más a Caracas para testimoniar por sí mismos y responder contra la campaña de desinformación masiva lanzada contra Venezuela. Esta tendencia se ha convertido, por así decirlo, en la versión digital 2019 de lo que fueron las brigadas internacionales en apoyo a la República en la Guerra Civil española.

Cuando tuve oportunidad de escuchar a Maduro en una pequeña reunión con una delegación extranjera, el 4 de febrero de 2019, uno de los varios aspectos significativos que aprendimos fue el siguiente punto de vista: Venezuela se ve forzada a ingresar al escenario internacional como el epicentro del antimperialismo. Es decir, Venezuela no buscaba esta posición, pero la historia se la está imponiendo. Y, por supuesto, la Revolución Bolivariana está a la altura del desafío.

Me gustaría agregar que, como resultado de la situación internacional y la Revolución Bolivariana, la izquierda se ha movido más hacia la izquierda. La postura de principios de Venezuela ha obligado a los falsos amigos de la Revolución Bolivariana a abandonar la pose. En cualquier caso, esa tendencia fue un peso muerto en el proceso bolivariano, creando dudas desde una distancia segura.

Sin embargo, desde el 23 de enero han caído abiertamente en la narrativa estadounidense de elecciones de mayo de 2018 como “deficientes”, obstaculizadas por “irregularidades electorales” y “manipulaciones” y, por supuesto, Maduro como “autoritario.” El Norte presenta esos criterios como la voz “razonable” de la campaña contra Venezuela, en busca de la credibilidad que tanto necesitan en sus maniobras.

A cambio, mantienen sus privilegios académicos y el acceso a la corriente principal al pronunciar las palabras clave (“fraudulentas”, “autoritarismo.”) El “apoyo crítico” latente que se manifestó antes del 23 de enero se ha transformado de lleno en la narrativa de los Estados Unidos con algo de retórica de izquierda para tratar desesperadamente de conservar cierta credibilidad.

Sobre la afirmación de que, como resultado de la Revolución Bolivariana, la izquierda se ha movido más hacia la izquierda, a veces es útil investigar cómo los enemigos ven el movimiento. Después de todo, el imperio es muy sensible al fortalecimiento del chavismo como un efecto bumerán no deseado de su interferencia en Venezuela. Aparentemente, su peor pesadilla se está volviendo realidad si uno debe juzgar por este artículo típico en World Politics Review que encabezó:

“La crisis de Venezuela está trazando nuevas líneas ideológicas en América Latina, y sigue: Ya no es posible que los líderes latinoamericanos emitan declaraciones confusas ahora que la oposición venezolana ha declarado a Maduro como un presidente ilegítimo. Cuando Juan Guaidó, el jefe de la Asamblea Nacional de Venezuela, se declaró a sí mismo presidente interino el mes pasado, obligó a todos los líderes de la región a dejar clara su posición con respecto al gobierno.”

Por otro lado, el movimiento hacia la izquierda también se refleja en el hecho de que las fuerzas de los valientes izquierdistas de principios se han extendido en los Estados Unidos y Canadá, y expandido a nuevas áreas. Además, y esto es muy importante, la descarada campaña mediática contra Venezuela ha fortalecido enormemente la conciencia política bolivariana.

Asimismo, ha originado una serie de nuevas redes sociales, así como el aumento múltiple en el uso de las ya existentes y sitios web alternativos dedicados, entre otras causas, a la Revolución Bolivariana.

Para aquellos de nosotros que seguimos los medios de comunicación alternativos -y de los venezolanos-, las mentiras descaradas son tan frustrantes que dan pie a una resolución aún mayor, y por tanto una posición más de izquierda sobre importantes asuntos internacionales y la situación interna en los países imperialistas.

En consecuencia, la elección de Caracas para el próximo Foro de Sao Paulo no es una decisión arbitraria. Es una elección natural y necesaria, muy bien merecida por Maduro y millones de chavistas, que darán la bienvenida a las fuerzas progresistas en la misma ciudad que, se suponía, los Estados Unidos y sus aliados ocuparían.

Cuando uno está en el lado correcto de la historia, esto es lo que sucede. Es importante reflexionar sobre la importancia histórica de los cinco meses transcurridos, desde el 23 de enero hasta el mes de julio, no sólo para América Latina sino también para todo el hemisferio,y, ¿por qué no?, para todo el mundo. El impacto del resultado en América Latina afecta a la humanidad.
Fuente:
https://firmas.prensa-latina.cu/index.php?opcion=ver-article&cat=A&articleID=2706&SEO=august-arnold-del-chavismo-al-epicentro-de-la-izquierda-antiimperialista
Reproducido entre otros en:
PSUV, Venezuela
http://www.psuv.org.ve/temas/noticias/chavismo-al-epicentro-izquierda-antiimperialista/#.XRuSQehKiUk
Periódico 26 Las Tunas, CUBA
http://www.periodico26.cu/index.php/es/opinion-es/item/16776-del-chavismo-al-epicentro-de-la-izquierda-antimperialista
Al Mayadeed, Libano
http://espanol.almayadeen.net/articles/main/288380/del-chavismo-al-epicentro-de-la-izquierda-antiimperialista

TeleSur, Venezuela
https://www.telesurtv.net/bloggers/Del-chavismo-al-epicentro-de-la-izquierda-antiimperialista-20190627-0003.html

ALAINET, Ecuador
https://www.alainet.org/es/articulo/200696

Globalizacion, Canadá, EE.UU

Del chavismo al epicentro de la izquierda antiimperialista


Portal Alba, Venezuela
http://www.portalalba.org/index.php/articulos/politica-democracia/fuerzas-populares/21236-del-chavismo-al-epicentro-de-la-izquierda-antiimperialista
Investigaction, Bélgica

Del chavismo al epicentro de la izquierda antiimperialista


Tercera Información, Estado de España
https://www.tercerainformacion.es/opinion/opinion/2019/06/28/del-chavismo-al-epicentro-de-la-izquierda-antiimperialista
Resumen, Argentina

Venezuela. Del chavismo al epicentro de la izquierda antiimperialista


Frente Anti imperialista, España

Del chavismo al epicentro de la izquierda antiimperialista


Aporrea, Venezuela
https://www.aporrea.org/actualidad/a279996.html